El padre Seraphim Pavlov: "No podemos reproducir la guerra aquí"
La parroquia de la Anunciación de Vallcarca, iglesia Ortodoxa Rusa que sigue el patriarcado de Moscú lamenta con gran dolor los acontecimientos en Ucrania. El higumeo, Seraphim (Pavlov), pide a sus feligreses que mezclan diferentes nacionalidades que mantengan la serenidad, y que recen por un rápido final de la guerra, haciendo un llamamiento a todas las partes del conflicto a la paz.
¿Cómo se está viviendo la noticia de esta guerra a su parroquia?
Estamos muy preocupados. Nuestra iglesia, aunque lleve por nombre iglesia ortodoxa rusa, y aunque yo mismo sea ruso, acoge además de una nacionalidad. Es decir que en nuestras celebraciones se mezclan ucranianos, rusos, moldavos y bielorrusos... en las plegarias que hacemos juntos, veo a todos los feligreses tristes. Muchos lloran.
¿Qué mensaje les da?
Les pido que sobre todo mantengamos la calma, que todos nosotros estamos contra la guerra. La guerra es un fracaso absoluto para todo el mundo. Significa destrucción de vidas, de viviendas, de trabajo, de familias. No hay futuro esperanzador para nadie de este modo. Es tierra quemada. Por eso, deseo que este conflicto se acabe lo antes posible y que lo que sea se resuelva con la palabra y el diálogo.
¿Qué reto supone tener nacionalidades mezcladas en las celebraciones?
Los feligreses conviven bien por ahora. Aun así, insisto siempre que les veo en el mensaje de la importancia que tiene sembrar amor, trabajar por la paz, tener esperanza. E insisto en que tenemos que dejar lejos la batalla de poder que tienen nuestros políticos. Está claro que se hace difícil porque cada cual tiene amigos y familiares en ambos países: Ucrania y Rusia. Claro que existe en algunos un sentimiento por la patria, y muchas emociones que se mezclan dentro de nosotros. El mensaje que doy es que aquí estamos en Barcelona, y que desde aquí, lejos de la guerra, tenemos que dar ejemplo y rogar juntos por la paz. Tenemos que ser ejemplo de restauración de diálogo. No podemos reproducir la guerra aquí.
¿Estáis haciendo alguna acción concreta para mantener la paz?
Sí, cada día organizamos plegarias específicas para pedir por la paz. Y ahora también nos estamos organizando para poder recibir a refugiados, y asistirlos en aquello que se nos pida, en el momento que esto se produzca. Con ropa, comida, vivienda... Sobre todo hacemos oración y más oración. Es una de las pocas cosas que se puede hacer para mantener viva la fe y la esperanza ante conflictos bélicos como este. No podemos posicionarnos, ni tampoco podemos enfrentarnos con nuestros políticos.
¿Cómo se encuentran sus amigos y familia?
Mi caso es complejo. Soy de origen ruso, pero he conseguido la nacionalidad española. Tengo familia que es rusa, y tengo familia que se ucraniana. Soy de tres países. Estoy angustiado por ellos, la situación es cruenta. Para mí somos el mismo pueblo, por mucho que nos pongan fronteras, estamos a pocos kilómetros de distancia los unos de los otros, y ahora nos dicen tú eres ucraniano, tú eres ruso, aquí te pongo la frontera y se supone que no nos podemos entender y tenemos que estar peleados. Pero somos un mismo pueblo.
El inicio de la guerra me sorprendió conduciendo. Acababa de visitar los míos en Rusia. Estaba por la la AP-7, en dirección a Tarragona, cuando escuché la noticia de que habíamos entrado en guerra. Tuve que parar el coche y pensar qué tenía que hacer, que diría a los feligreses. ¿Cómo explicar esta guerra si no hay sentido en ella? Nunca he entendido la política, y así todavía menos. Solo puedo pedir paciencia, amor, y plegaria en contra de la locura y la agresividad.
¿Qué piensan los otros representantes de la iglesia ortodoxa aquí?
Somos 4 en Barcelona, hay dos sacerdotes Vasily Stopuriak y George Pinko que son de Ucrania, Andrey Chernov que es de Bielorrusia, y yo que soy de Rusia. Hay muy buena comunicación y coordinación entre nosotros. Los cuatro nos pronunciamos de forma unánime contra la guerra. Tenemos que rogar fuertemente por la paz en Ucrania, y también por la paz mundial, porque esta guerra lo moverá todo. Os lo pido también a vosotros, a todo el equipo de redacción de tu diario y a todos los lectores de vuestro diario, y a los periodistas, que con sus palabras contribuyan más a la paz que a la guerra. Rogad todos por la paz.