Formación permanente para maestros y profesores de religión

Sembrando valores: creación de situaciones de aprendizaje significativas de la religión

Lucia Montobbio

En la educación, las situaciones de aprendizaje se convierten en una de las herramientas más poderosas para guiar a los alumnos en su proceso de crecimiento, especialmente en el aula de religión. Crear un entorno que sea tanto académicamente riguroso como personalmente significativo es esencial para garantizar que los estudiantes conecten con los valores y principios que se les transmiten. En esta entrevista con Cristina Sánchez, maestra de religión católica en primaria e infantil y formadora en educación en el tiempo libre, se profundiza en qué significa diseñar una situación de aprendizaje significativa, qué elementos son imprescindibles para hacerla atractiva y motivadora, y cómo estos procesos pueden transformar el aula de religión en un espacio de reflexión, creatividad y autonomía.

¿Cómo definirías una "situación de aprendizaje" y qué elementos consideras imprescindibles para hacerla significativa en el aula de religión?

Una situación de aprendizaje es como la buena tierra en la parábola del sembrador: es el entorno preparado para que los alumnos, como semillas, puedan crecer. Esta "tierra" integra los contenidos curriculares, los cuales son como los nutrientes y el agua que alimentan al alumno en su proceso de aprendizaje y hacen que todo el proceso sea un lugar muy motivador y estimulante para que la planta pueda crecer con fuerza y belleza.

Para que sea significativa, la situación debe conectar con las experiencias personales de los alumnos, planteando desafíos cercanos a su día a día que fomenten su autonomía, responsabilidad, reflexión y creatividad. En el aula de religión, esto implica que los alumnos puedan reflexionar sobre los valores cristianos y, al mismo tiempo, que como docentes contribuyamos a formar personas críticas, comprometidas y capaces de construir un mundo más justo y solidario.

Al igual que una semilla necesita una tierra bien preparada para crecer, una situación de aprendizaje debe tener una estructura metodológica clara que permita al alumno ser el protagonista de su aprendizaje, motivándolo a investigar, analizar y transferir sus conocimientos de manera autónoma y con autoestima.

En definitiva, la situación de aprendizaje es una herramienta eficaz y muy práctica que tenemos los docentes de religión para poder integrar los elementos curriculares de la materia, planteando retos a los alumnos para resolverlos de manera creativa, original y favoreciendo el aprender a aprender, sin dejar de ver la sonrisa de nuestros alumnos a lo largo del proceso.

¿Qué papel juegan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el Pacto Educativo Global en tu metodología de enseñanza dentro del currículum de religión católica?

Ambas partes son fundamentales para comprender el Nuevo Currículum de Religión. Sin ellas, y sin otros textos clave que lo sustentan, no podemos alcanzar una visión completa del tejido. En septiembre de 2019, el Papa Francisco hizo un llamamiento a la comunidad educativa mundial para trabajar por un Pacto Global Educativo que renovara el compromiso con las generaciones jóvenes. Hablaba de una educación abierta, inclusiva, capaz de escuchar, dialogar y fomentar la comprensión mutua. Esta reflexión inspiró a la comisión de trabajo que dio lugar a nuestro Currículum de Religión (ERE) creado dentro del marco de la LOMLOE, integrando así la dimensión teológica.

El ERE acentúa la centralidad de la persona, la acogida de todas las realidades personales y culturales, la promoción de la mujer, la responsabilidad de la familia y el cuidado de la casa común. Todos estos aspectos también surgen de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que impregnan nuestro currículum. Por ello, es importante saber integrarlos, ya sea explícitamente trabajando dentro de nuestras situaciones de aprendizaje o con el aroma que desprenden nuestras programaciones.

Por otro lado, también es importante mencionar que en el alma del ERE tenemos las encíclicas del Papa Francisco como "Laudato Si" y "Fratelli Tutti". A la luz del ERE, se trata de formar alumnos capaces de ser agentes de cambio en la sociedad, que comprendan la importancia de la justicia social, el cuidado de la naturaleza y la fraternidad. Así, la educación religiosa en la escuela se convierte en una herramienta para construir un mundo más justo, pacífico y comprometido con el bien común.

Es importante remarcar que no se trata de mi metodología como formadora de docentes de religión, sino que esta es la metodología que todos los docentes de religión deberíamos adoptar para que las experiencias educativas en el aula respondan al marco eclesial que propone el ERE. Este marco nos guía a trabajar por la paz mundial, la solidaridad y por una educación que prepare a los alumnos no solo para los desafíos académicos, sino también, y sobre todo, para los retos sociales y ecológicos de nuestro mundo.

Por lo tanto, en las sesiones virtuales sincrónicas que realizaremos en el curso, aprenderemos a integrar estos textos fundamentales dentro de nuestras situaciones de aprendizaje y evidenciar su tratamiento en la estructura metodológica.

¿Qué desafíos sueles encontrar cuando los docentes deben crear sus propias situaciones de aprendizaje?

Uno de los principales desafíos que enfrentamos es adaptar nuestra manera de pensar y enseñar a las nuevas tendencias pedagógicas. Muchos de nosotros crecimos en un modelo educativo tradicional, donde el docente era el centro y la transmisión de conocimientos el objetivo principal. Hoy, sin embargo, el alumno es el protagonista de su aprendizaje y nuestro rol es acompañarlo y guiarlo en este proceso de descubrimiento. Este cambio de paradigma, aunque enriquecedor, a menudo nos saca de nuestra zona de confort y es necesario adaptarse.

Otro desafío es entender y asimilar el lenguaje de este nuevo paradigma. Con la LOMLOE, su nomenclatura y conceptos nos recuerdan a la ley anterior, pero con una mirada muy diferente. Es necesario conocer la estructura del currículum y sus partes para poder desplegarlo de manera imaginativa, motivadora y sobre todo competencial.

Además, muchos docentes se sienten solos ante este reto. Especialmente en nuestra materia, la religión, donde a menudo no se puede compartir con los compañeros de la escuela, ya que somos los únicos que impartimos esta asignatura y, en muchos casos, la impartimos a contracorriente. Además, los recursos específicos aún son limitados, y no siempre tenemos certeza de si la fuente encontrada en la red será buena o mala. Buscar información, diseñar actividades y crear programaciones puede resultar una tarea muy exigente.

¿Cómo les ayudas a superarlos?

No se trata de un "yo", sino de un "todos". Yo formo parte de un camino lleno de desafíos en el que estamos "todos". El camino se supera caminando juntos, ¡no estamos solos! Afortunadamente, contamos con el apoyo de entidades como los Institutos Religiosos, las Diócesis o los sindicatos de docentes de religión, que nos acompañan y nos brindan herramientas para avanzar. Somos un colectivo pequeño, y nuestra fuerza radica en la ayuda mutua, debemos trabajar juntos por el bien común.

En Cataluña hemos tenido la suerte de contar con iniciativas como el libro publicado por la SIERC, el ISCREB y la FECC, que nos ha brindado una guía práctica para comenzar a aplicar el nuevo currículum de religión. Este recurso ha sido clave para muchos de nosotros, ya que nos ha dado una primera orientación para entender este nuevo contexto de aprendizaje y así superar una de las dificultades.

Me gusta comparar este nuevo paradigma educativo con una gran casa. Cuando estamos fuera, vemos la casa enorme y parece inabarcable. Pero alguien, a menudo un delegado/a diocesano/a, un delegado/a sindical, un compañero/a, o un encuentro de docentes de religión, nos abre la puerta de entrada, y empieza a entrar un poco de luz desde fuera. Aun así, todavía no vemos del todo lo que hay dentro. A medida que avanzamos y damos unos pasos, nos damos cuenta de que la casa tiene muchas puertas, pasillos y estancias. Finalmente, alguien enciende el interruptor, y es entonces cuando podemos ver todo lo que nos espera dentro.

El curso que ofrecemos es el interruptor que enciende la luz de esta casa llena de posibilidades. Paso a paso y juntos, exploraremos cada rincón de este nuevo paradigma pedagógico, descifrando sus secretos y descubriendo sus aplicaciones prácticas. Acompañados de otros docentes, aprenderemos a crear situaciones de aprendizaje significativas y a motivar a nuestros alumnos. Al final del curso, los participantes no solo habrán adquirido nuevos conocimientos, sino que también habrán desarrollado las competencias necesarias para convertirse en agentes de cambio en el aula.

¿Qué motivación has tenido al proponer esta formación?

Hace más de 25 años que me dedico a crear programaciones, especialmente en el ámbito del tiempo libre. Cuando programaba campamentos de verano o colonias, formaba parte de un equipo comprometido que trabajaba voluntariamente para lograr un objetivo común. Estaba con la actual entidad MEG (en mi tiempo MEGSJC) y la creatividad no tenía límites. Programar era emocionante y divertido, trabajábamos juntos para ofrecer experiencias únicas a los niños y jóvenes. Ellos decidían los proyectos, cómo querían hacerlos, los planificaban, hacían presupuestos… y nosotros, los jefes y monitores, los acompañábamos para que lo hicieran realidad. Todo era un aprendizaje vivencial que nos ha dejado grandes recuerdos.

El cau fue mi lugar de crecimiento personal, y también para los niños y jóvenes con quienes estuve. Cuando di el salto a la docencia formal, especialmente a la enseñanza de la religión, me di cuenta de que muchos de los aprendizajes del saber ser, saber hacer y saber sentir que había vivido en el cau se materializaban formalmente en la escuela, en el aula de religión. Pero lo que realmente fue revelador fue la publicación del Nuevo Currículum de Religión, ya que vi claro que, salvando las distancias, podía vivir la misma emoción y creatividad que experimentaba en el cau.

A través del curso que ofrecemos, quiero compartir con los docentes mi experiencia, entusiasmo y pasión por la enseñanza. Quiero que descubran el potencial de las situaciones de aprendizaje, que se sientan acompañados en este proceso de transformación y que, al final, puedan mirar a sus alumnos y sentirse orgullosos de haber contribuido a su desarrollo personal y académico.

Es importante remarcar que este curso no solo se enfoca en la formación teórica, sino que es práctico y muy vivencial. Las sesiones síncronas nos permitirán compartir experiencias, resolver dudas y avanzar juntos. Porque, al final, de lo que se trata es de crear un entorno de aprendizaje significativo donde todos podamos crecer, tanto los alumnos como los docentes.

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