Reflexiones sobre la realidad laical
El día 16 de mayo de 2024, a las 19 h, se impartió una charla en la Escuela de Teología del Maresme. El tema de fondo fue una aproximación a la realidad laical a partir del Concilio Vaticano II hasta hoy. El tema es amplio y merece una atención plena. Se pretendía dar una visión global y ayudar a tomar conciencia de la importancia del movimiento laical en la dinamización y organización de las iglesias locales y en el ámbito de la Iglesia católica. Como primer aspecto a destacar, el ponente recuerda el aspecto carismático de la Iglesia (LG 12). Como el Espíritu de Jesús reparte los dones para edificación de la propia comunidad y al servicio de los otros y gloria Dios. Sé el Espíritu que hace surgir la vida eclesial cuando, como y donde Él quiere en medio del Pueblo de Dios. Hace falta un buen discernimiento de Pastores y fieles para que esta vida sea auténtica luz de Cristo Resuscitado para el mundo de hoy. Sin los laicos y laicas, estas vidas no habría florecido y dado frutos abundantes.
En un segundo momento, se hizo una breve presentación de los orígenes de la Iglesia. Como la Comunidad cristiana tiene unas raíces bíblicas que nacen a partir del Pueblo de Dios que anda por el desierto guiado por Moisés y los profetas.
Pero además de estos cimientos bíblicos en el AT, la Iglesia toma impulso en la Pascua de Jesús. Aquellas amigas y amigos de Jesús que habiéndolo conocido y acompañado de varias maneras en el tiempo de su vida, creyeron en Él y se decidieron a seguirlo.
En esta trayectoria histórica de la Iglesia, es más que evidente la importancia y misión de los laicos. La primitiva iglesia era laical.
A lo largo de la conferencia se insistió en la riqueza de textos que nos ha dejado el Concilio Vaticano II además de las reflexiones de los últimos Papas, destacando el documento “Christifideles laici (1988). Se remarca la importancia de la identidad del laico y su participación en la misión de la Iglesia en especial en las Iglesias particulares, en las diócesis, en las parroquias... Los laicos están gritados a ser fermento en la masa y a llevar a cabo la consagración del mundo a Dios.
Otro aspecto importante fue la reflexión sobre la espiritualidad laical. La Iglesia necesita reflexionar sobre la espiritualidad laical que se puede resumir en estas tendencias: ser laico es ser cristiano, la secularidad como disparo específico, la alternativa a clérigo/laico es comunidad/misterio. El laico hace falta que sea una persona enamorada de Cristo, en comunión con la Iglesia universal, en el corazón del mundo, en proceso de formación permanente.
¿Cómo tiene que ser la participación del laico en la vida de la Iglesia? Siguiendo las recomendaciones de Francesc Conesa en su obra Hacia una Iglesia más sinodal, los laicos son responsables junto con los pastores de la vida de la Iglesia. Participan de varias maneras en la vida y misión de la Iglesia. Hace falta que sean activos en el servicio en el interior de las comunidades cristianas, asumiendo funciones y cargos. Sé un tema abierto que requiere una reflexión teológica y canónica en profundidad y serenidad. Para empezar habría que reforzar los órganos de participación que facilitan la participación en la vida y misión de la Iglesia. Para hacer este camino hace falta una “conversión pastoral”. Superar un modelo de Iglesia clerical todavía existente y consolidar un modelo de Iglesia de comunión, de servicio, donde se reconozcan los dones o carismas que el Espíritu suscita en el seno del Pueblo de Dios. Tenemos que andar todos juntos para formar una Iglesia más sinodal.
En conclusión afirmamos que el laico cristiano no es un cristiano de segunda división o tercera regional para decirlo en términos futbolísticos, sino que es un miembro de pleno derecho dentro del Pueblo de Dios y que ha recibido de Dios su propia gracia o carisma para edificación de la comunidad.