Cyril Hovorun: "La guerra a Ucraïna ha accentuat les tensions entre diferents grups religiosos"
(Lucia Montobbio - Catalunya Religió) El archimanditra ucraniano Cyril Hovorun, de la University College Stockholm, ha participado en la segunda edición del Congreso Internacional sobre Libertad Religiosa y de Conciencia del Observatorio Blanquerna de Comunicación, Religión y Cultura con la ponencia Eye-witnessing the Destruction of Churches in Ukraine. Hovorun ha destacado la compleja situación en Ucrania, especialmente en términos de diversidad religiosa y el impacto devastador de la guerra en la sociedad y el patrimonio cultural. A pesar de las tensiones agraviadas por el conflicto, la resiliencia de la sociedad ucraniana se manifiesta en su determinación para preservar su identidad a través de la lengua y la cultura.
¿Cómo ve la destrucción de iglesias en Ucrania?
Es una cuestión muy importante. En cuanto a este tema, el paisaje religioso en Ucrania es extremadamente diverso. Esto ha sido analizado por reconocidos sociólogos de la religión, como José Casanova, un amigo y colega que conoce muy bien Ucrania, puesto que está casado con una ucraniana. Él afirma, y yo estoy de acuerdo, que Ucrania es religiosamente diversa. Las iglesias no han
escogido ser diversas, porque normalmente quieren establecer un monopolio, pero en Ucrania es imposible que ningún grupo religioso domine la escena. Por lo tanto, las iglesias tienen que aprender a coexistir, y esto es bueno.
¿Cómo ha afectado la guerra esta diversidad religiosa?
La guerra ha acentuado las tensiones entre diferentes grupos religiosos. Hay informes recientes en las redes sociales sobre el que denominan persecuciones de ciertos grupos religiosos, especialmente el Patriarcado de Moscú en Ucrania, que solía ser el grupo religioso más grande del país. A comienzos de la guerra, intentaron distanciarse del Patriarcado de Moscú, pero no
completamente. Todavía mantienen algunos vínculos. La sociedad ucraniana exige acciones contra esta Iglesia porque entienden que ha sido instrumentalizada por el Kremlin como parte de la guerra de agresión.
¿Qué medidas está tomando el gobierno ucraniano?
El gobierno está luchando para encontrar un equilibrio entre la seguridad nacional y la libertad religiosa, que es un valor fundamental europeo. Inicialmente, había una propuesta para prohibir el Patriarcado de Moscú en Ucrania, pero se dieron cuenta que era imposible por varias razones. En primer lugar, sería una violación de los derechos fundamentales. En segundo lugar, las iglesias no son
entidades legales en Ucrania; cada comunidad es una entidad legal individual, y prohibirlas todas sería muy complicado. En tercer lugar, el Patriarcado de Moscú en Ucrania no es una estructura única; hay mucha fragmentación dentro de la Iglesia.
¿Cómo afecta esto la sociedad ucraniana?
La sociedad ucraniana es muy fuerte y ha estado muy activa desde las revoluciones de Maidán. Hay tensión entre el que la sociedad pide y el que el gobierno puede hacer. La sociedad quiere medidas drásticas contra el Patriarcado de Moscú, pero el gobierno tiene que encontrar una manera de respetar los derechos humanos. Los medios de comunicación también juegan un papel crucial. En Ucrania, los medios de comunicación son una parte muy importante de la sociedad civil y cubren extensamente las cuestiones religiosas. Intentan encontrar un equilibrio entre los derechos humanos y la seguridad nacional.
¿Y cómo ve el papel de los medios internacionales en esta situación?
Algunas personas de los medios, como Carlson Tucker o incluso Elon Musk, propagan a través de sus cuentas de X narrativas erróneas sobre la situación en Ucrania, afirmando que el país ha traicionado la democracia y la libertad religiosa. Esto es propaganda rusa y posverdad. Medios de calidad como el New York Times o el Wall Street Journal cubren la situación con
precisión, pero la posverdad de las redes sociales todavía disemina impresiones equivocadas.
¿Cómo afecta la guerra el patrimonio cultural y religioso de Ucrania?
La guerra no solo destruye ciudades y pueblos, sino también identidades. Putin quiere destruir la identidad ucraniana y hacer que la gente adopte una identidad rusa. Esto es una parte crucial de su estrategia. La destrucción del patrimonio cultural, como la destrucción de la editorial más grande de Ucrania en Járkov, es un ejemplo. Los libros son tan importantes como la vida para preservar la identidad. La guerra también ha cambiado la manera de luchar, con el uso de drones y nuevas tecnologías, aumentando la distancia emocional de los soldados hacia sus víctimas.
¿Relacionado con este cambio de paradigma, cuáles son los principales retos para el futuro del mundo?
La guerra ha cambiado el concepto de guerra y paz. Europa había vivido en paz durante mucho de tiempo, pero esta guerra ha hecho revivir las experiencias de la Primera y Segunda Guerra Mundial. Las generaciones actuales no tienen recuerdos directos de estas guerras, pero ahora las están viviendo de nuevo. Esto también ha puesto de manifiesto los fracasos de grandes organizaciones
internacionales como la Cruz Roja o el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Estas organizaciones necesitan ser reformadas para hacer frente a los nuevos retos. Además, la guerra ha demostrado que la filosofía poscolonial ya no es relevante, puesto que muchos países que la siguen ahora apoyan en Rusia. En resumen, el mundo necesita cambiar y adaptarse a estos nuevos
tiempos.
¿Cómo está afectando la guerra a los ucranianos?
Todo el mundo en Ucrania está afectado de una manera u otra. Mucha gente vive con el trauma de la guerra cada día, con bombardeos constantes e interrupciones en la vida cotidiana. Hay una pandemia de trastorno de estrés postraumático (TEPT) que afecta tanto soldados como civiles. Por ejemplo, hemos tenido que construir escuelas subterráneas para asegurarnos que los niños puedan continuar sus estudios sin interrupciones. Esta guerra no es nuestra elección; solo estamos respondiendo a la agresión. El impacto es profundo.
¿Cómo se puede mantener la identidad ucraniana en medio de esta destrucción?
La identidad ucraniana es muy resiliente. A pesar de la destrucción del patrimonio cultural y religioso, nuestra lengua, cultura y literatura continúan siendo pilares fundamentales de nuestra identidad. Las iglesias ayudan a mantener esta identidad, pero no es solo su responsabilidad. Es importante que la gente mantenga su identidad a través de varios medios, y esto es el que estamos haciendo. La identidad no se puede destruir fácilmente, y continuaremos luchando para preservarla.