María, madre de la Iglesia. Lunes de Pentecostés
Fue por un decreto, firmado el 11 de febrero de 2018, fecha del 160º aniversario de la primera aparición de la Virgen María a Lourdes, que el Papa Francisco estableció el lunes de Pentecostés la fiesta de Santa María, Madre de la Iglesia.
A partir de aquel año, todas las diócesis y parroquias celebran el lunes de Pentecostés la fiesta de «la Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia». Esta celebración oficial subraya una característica de la Virgen María, que es a la vez madre de Cristo y de la Iglesia.
¿Por qué María es la Madre de la Iglesia?
Tiene unos cimientos bíblicos. En los Hechos de los Apóstoles, María, con los Apóstoles en el cenáculo (Ac 1,13-14), están rezando, esperando la venida del Espíritu Santo que marca el nacimiento de la Iglesia. Celebrar María Madre de la Iglesia el lunes de Pentecostés, retomando el tiempo ordinario de la liturgia, significa que la Iglesia, nacida del Espíritu Santo en presencia de María, también es guiada y acompañada en la historia por su presencia materna.
Esta novedad litúrgica introducida por el Papa Francisco subraya el estrecho vínculo entre cada bautizado, toda la Iglesia y la Madre del Señor. Acoger la maternidad eclesial de María es un acto de obediencia del mismo Señor Jesús que, en la cruz, pidió a cada discípulo que acogiera María como Madre, dirigiéndose al discípulo que nos representa: «Estaban en el borde la cruz de Jesús, su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Cuando Jesús vio su madre y, a su lado, el discípulo que él amaba, dijo a la madre: —Mujer, aquí tienes a tu hijo. Después dijo al discípulo: —Aquí tienes a tu madre. Y desde entonces, el discípulo la acogió en casa suya» (Jn 19,26-27).
El Concilio Vaticano II destaca el lugar de la Bienaventurada Virgen María en el Misterio de Cristo y de la Iglesia. El concilio afirma que la Virgen María «se encuentra unida en el linaje de Adam a todos los hombres necesitados de salvación: más todavía, acontece realmente madre de los miembros de (Cristo), ... Puesto que, con su caridad, ha colaborado al nacimiento dentro la Iglesia de los fieles que son miembros» (LG 53).
La Iglesia es el Cuerpo de Cristo del cual es miembro cada bautizado, siendo María la Madre de Cristo, es, por lo tanto, Madre de todos los miembros del Cuerpo de Cristo, Madre de todos los discípulos que forman la Iglesia.
Todos conocemos la afección del Papa Francisco por María, de quien nos recuerda que es nuestra Madre, y como madre no abandona nunca sus hijos y no se avergüenza de sus faltas. Este lunes de Pentecostés, celebramos en la fe la Eucaristía en honor de María, Madre de la Iglesia, Madre de todos los discípulos. Ella nos conduce y nos acompaña para convertirnos cada día en una Iglesia de discípulos queridos, más próxima a Jesús, siguiendo el ejemplo del Discípulo que Jesús le confió a la cruz como hijo, y a quien ella fue encomendada como Madre, María, Madre de la Iglesia.