22/09/2020
Ponente: Maria Claustre Solé

Una sencilla mirada a la historia nos muestra como la gran mayoría de lecturas y relecturas de la Biblia han sido realizadas desde una óptica patriarcal. A Dios se le presentaba como creador, todopoderoso, señor de todas las cosas y juez supremo por excelencia. Al tratarse de un Dios masculino, el privilegio de acercarse a él era de los varones y por ello la mujer ocupaba un lugar en la penumbra tanto en el templo como en la sinagoga. A la mujer le correspondía la reclusión y la exclusión de la vida no sólo religiosa sino también pública. Los evangelios nos sorprenden al presentarnos un Jesús revolucionario que reivindica para la mujer los derechos del varón pero dicha revolución fue lamentablemente efímera y el régimen patriarcal se impuso de nuevo. Vale la pena adentrarnos en los textos bíblicos para ver qué nos dicen sobre la mujer, qué figuras femeninas fueron y siguen siendo paradigmáticas, qué teología se desprende de dichos textos para que, al sentirnos interpelados e interpeladas en nuestro momento histórico, la esperanza nos impulse a buscar odres nuevos para el vino nuevo que nos trajo el maestro Jesús de Nazaret.