Conferencias

Iniciación y transformación en la búsqueda del Grial

Año:
2024

En esta conferencia, Victòria Cirlot se centra en el mito del Santo Grial, destacando su importancia tanto en la tradición literaria medieval como en la psicología analítica, especialmente en relación con Carl Gustav Jung y su esposa, Emma Jung. Aunque Carl Jung no investigó directamente el Grial por respeto a su esposa, Emma Jung sí dedicó gran parte de su vida a este mito, publicando un libro clave sobre el tema.

Cirlot explica que el Grial aparece por primera vez en la literatura europea en la segunda mitad del siglo XII, en la corte de Felipe de Flandes, un personaje influyente en el contexto de las cruzadas. El Grial surge en el marco de la novela artúrica, un género literario que, según Mircea Eliade, retoma antiguos ritos y los convierte en motivos literarios. De esta manera, Cirlot introduce el concepto de iniciación, tal como lo define Eliade, quien la entiende como un conjunto de ritos y enseñanzas que llevan a una transformación radical del ser, una "mutación ontológica". Este concepto de iniciación está estrechamente ligado a la transformación, ya que ambos procesos conducen a un cambio profundo en la persona que los experimenta.
La leyenda del Santo Grial es un símbolo central dentro de este proceso de iniciación y transformación. Cirlot explica que el Grial representa un proceso de individuación, un tema fundamental en la psicología analítica, en el que las aventuras externas de los personajes, como las de Perceval, son una representación de transformaciones internas. En las culturas arcaicas, los mitos reflejan la externalización de procesos psíquicos, y el mito del Grial no es una excepción. En este sentido, Emma Jung proyecta la psicología analítica sobre el mito del Grial para comprenderlo como una metáfora del desarrollo interior.

La conferencia destaca que el Grial es un mito que se origina en la cultura celta, pero que es absorbido por la novela artúrica, que en la Francia del siglo XII incorporó el cuento y el mito en un mismo marco narrativo. Chrétien de Troyes, uno de los autores más importantes de la época, fue el primero en escribir sobre el Grial en su obra Le Conte du Graal bajo el mecenazgo de Felipe de Flandes. Chrétien es descrito por Cirlot como un maestro de la ambigüedad y el contraste, y su obra, aunque inacabada, abrió un amplio horizonte de expectativas en la literatura medieval. El Grial, como símbolo de lo maravilloso, aparece en el relato como un castillo que se manifiesta de repente, subrayando el carácter extraordinario de la narración.

Además de analizar el mito en la obra de Chrétien, Cirlot menciona otros autores que contribuyeron a la construcción del mito del Grial, como Robert de Boron, quien vincula claramente el Grial con el cuerpo de Cristo y el sepulcro, mostrando la evolución del mito hacia una dimensión cristiana más explícita. Sin embargo, Cirlot subraya que ya en Chrétien de Troyes se encuentran implícitas referencias cristianas, a pesar de que los autores posteriores las hicieron más evidentes. A través de la psicología analítica, se explora el Grial como un proceso de transformación e individuación, un símbolo que sigue fascinando tanto a estudiosos de la literatura como a psicólogos y filósofos.

Cirlot también expone la histpria de Perceval, uno de los caballeros más emblemáticos de la leyenda artúrica, y su progresiva iniciación en el mundo de la caballería. La historia inicia con un diálogo entre una madre y su hijo. La madre, crítica con la violencia inherente a la caballería, desea que su hijo viva alejado de ese mundo. Sin embargo, el joven Perceval no comparte este deseo y decide unirse a la corte del rey Arturo. En su despedida, la madre, desgarrada por la partida de su hijo, cae junto al "puente del dolor", un símbolo de la profunda tristeza que siente por su marcha. Más tarde se revela que su madre murió debido a esta pérdida.

Una vez en la corte de Arturo, Perceval se siente atraído por las armas rojas de un caballero que ha humillado a la corte. Aunque el joven desea las armas, no le hacen caso debido a su inexperiencia en el mundo caballeresco. Sin embargo, Perceval, decidido, termina enfrentándose al caballero y, aunque actúa impulsivamente, lo mata disparando una jabalina a su ojo, mostrando su salvajismo inicial. Este evento marca el comienzo de su viaje de aprendizaje en la caballería. A lo largo de la historia, se destaca que Perceval no tiene formación previa en las reglas del combate caballeresco, lo que lo diferencia de los demás caballeros. Así, debe aprender el arte de la caballería, y su primera aventura consiste en ser armado caballero de forma ceremonial, un ritual descrito minuciosamente, con la entrega de la espada y las espuelas.

A medida que avanza en su camino, Perceval se encuentra con una doncella en apuros en el castillo de Belrepeire, lo que introduce un nuevo aspecto de la cultura caballeresca: el amor cortés. Aunque Perceval parece desarrollar una relación física con la doncella, el texto sugiere que aún no ha alcanzado una comprensión más profunda del amor. Perceval decide no quedarse con la doncella y, movido por el recuerdo de su madre desmayada, emprende el camino de regreso a casa. En este trayecto, se topa con el enigmático castillo del Grial. Al ingresar en el castillo, Perceval es recibido como si fuera esperado y se le entrega una espada. Lo que sigue es una de las escenas más simbólicas de la literatura europea: el paso de una lanza sangrante y el Graal (Grial).

Aunque Perceval siente la necesidad de preguntar por el significado de estos objetos, decide guardar silencio siguiendo los consejos de su maestro en armas. Este silencio es crucial en el relato, ya que lo condena. Cuando Perceval se encuentra con una doncella que lleva en su regazo a un caballero muerto, ella lo maldice por no haber preguntado en el castillo del Grial. A partir de este momento, Perceval es llamado "el desdichado" por no haber cumplido su misión, lo que afecta no solo a él, sino también a la tierra y sus habitantes. El relato de Perceval está profundamente vinculado con la idea del conocimiento y el acto de preguntar. La pregunta no hecha en el castillo del Grial representa una aventura del conocimiento que Perceval no logra completar. Esto desencadena una serie de eventos que afectan la fertilidad de la tierra y la salud del rey, mostrando la conexión simbólica entre el héroe y el bienestar del reino.

El fragmento ilustra el viaje de Perceval desde su salvajismo inicial hasta su iniciación en la caballería y su fallido encuentro con el Grial, un símbolo de su incapacidad para comprender y actuar de acuerdo con los principios caballerescos y el conocimiento. Finalmente, la conferencia destaca el papel central del conocimiento y la búsqueda en la historia de Perceval y el Grial. Se resalta cómo Perceval, tras no hacer la pregunta correcta en el castillo del Grial, emprende un viaje en busca de respuestas sobre el Grial y su significado. El conferenciante subraya la importancia de la pregunta no formulada, que lleva a Perceval a una búsqueda espiritual que comienza realmente después de haber estado en el castillo del Grial.

En este punto, la búsqueda de Perceval es una reflexión sobre la iniciación y transformación del héroe, marcada por su cambio de actitud tras enfrentarse a varias aventuras. Perceval se compromete a no descansar hasta conocer el propósito del Grial y su función. Sin embargo, Cretien de Troyes, el autor del relato, deja su historia inconclusa, planteando un horizonte de expectativas que sería continuado por otros escritores medievales.

Se menciona también la interpretación de Robert de Boron, quien conecta el Grial con José de Arimatea, responsable de recoger la sangre de Cristo, introduciendo así una genealogía que enriquece el mito. El conferenciante conecta esta evolución del mito con la compasión y la búsqueda interior, haciendo referencia a la influencia de autores como Wolfram von Eschenbach, quien plantea que la pregunta esencial ya no es sobre el Grial mismo, sino sobre el sufrimiento del señor del castillo. Finalmente, el conferenciante concluye que el mito del Grial no es una conquista militar, como en las Cruzadas, sino una búsqueda espiritual y de transformación interior, donde el héroe se transforma y llega a una contemplación mística, simbolizada por la visión final del Grial.