El símbolo es el elemento estructurado de la vida psíquica. Partiendo de esta premisa, afirmamos que cada momento de introspección, de reflexión o de nuestro actuar en el mundo, implica un registro, un relato de imágenes emocionales y corporales, que adquieren un carácter simbólico. Este registro conforma nuestro mito personal, nuestra identidad. Este relato mítico comporta múltiples implicaciones tanto individuales como colectivas. Por esto, consideramos relevante pararnos en los pasajes del mito personal en los que se registra sufrimiento y enfermedad. Acercándonos a su forma de elaboración, sus relaciones e implicaciones y sus consecuencias en nuestra identidad. Haciendo uso, para este fin, del cuerpo teórico aportado por la Psicología Analítica de Carl G. Jung.