Sobre el currículum definitivo de la asignatura de religión católica
El 24 de junio se publicó en el BOE el currículum definitivo de la asignatura de religión católica de la nueva ley de educación (LOMLOE). En muchas comunidades y centros educativos ya se estaba trabajando desde el febrero con el borrador para comenzar a diseñar el curso 2022-23. Es necesario decir que las diferencias entre el esbozo y el currículum definitivo son muy pequeñas. Cambian algunas frases, la manera de situar algún curso (v.gr. en el esbozo de la ESO se hablaba de lo que era necesario hacer del 1º a 3º y después en 4º, y ahora de lo que hay en 1º y 2º y después de 3º y 4º), pero en líneas generales se podría decir que los cambios no han sido muy significativos.
El día 30 de abril nos reunimos unos cuantos maestros y profesores de Cataluña en Tarragona para conocer un poco mejor el borrador y valorar las diferencias respecto a lo que había antes. Ahora, con el currículum definitivo ya podemos hacer una lectura más completa de lo que suponen estos cambios. Es evidente que no existe el currículum perfecto, que todo se puede mejorar y, que seguro, que pueden encontrar aspectos que no nos gusten. Pero, ¿qué podríamos decir de este nuevo currículum?
En primer lugar, que es mejor del que tenían antes. Puede parecer una afirmación contundente, pero es necesario empezar con esta afirmación positiva, y puede que, para muchos, esperanzadora. Es cierto que había muchas quejas con el currículum anterior, especialmente a nivel pedagógico. Era necesario un cambio.
Es mejor por diferentes cuestiones que deberíamos mencionar a continuación:
- Sigue una línea similar en los currículums de otras materias. Hay, por tanto, una mejor adecuación en la manera de hacer otras asignaturas. Esto permite seguir un mismo esquema organizativo y posibilita trabajar un mejor nivel interdisciplinar.
- Pedagógicamente está más trabajado. Hay un vínculo más fuerte del que tenía el currículum anterior entre la realidad psicoevolutiva del alumno y los conceptos que ha de trabajar.
- Abre un abanico de nuevas posibilidades. Al ser un currículum más abierto, posibilita trabajar más desde la realidad del alumnado que tenemos delante, a la misma vez que ofrece la posibilidad de aumentar el conocimiento cultural religioso. Para que se pueda entender mejor lo que estamos diciendo, pondremos un ejemplo, juntamente con una nueva situación que ofrece el currículum.
- Ofrece la posibilidad de trabajar más aspectos bíblicos y teológicos con sentido. Aquí, encontramos el ejemplo de lo que hablábamos en el punto anterior. El tratamiento que realiza de la Biblia permite presentar más personajes, y más experiencias vitales que el currículum anterior. Entonces, esto pide un esfuerzo de planificación y formación muy importante por parte del profesorado que se ha de hacer por el bien de la asignatura.
No obstante, en segundo lugar, es necesario decir también que no es sencillo. El currículum anterior venía más hecho, más dado. Este, pide una cierta organización por parte del profesorado. Es necesario organizarlo bien, se ha de tener una buena formación. No lo vemos como un elemento negativo, más bien al contrario. La formación es necesaria, y da importancia a la materia. La organización permite secuencias saberes evitando la repetición.
Volviendo al ejemplo de la Biblia. Con este nuevo currículum, hace falta tener un conocimiento profundo y amplio, de tal manera que permite ofrecer muchos personajes que nos pueden acompañar en diferentes momentos. Esto permite abrir el abanico que hasta ahora se nos ofrecía, y evitar la repetición. Muchos alumnos y profesores se quejaban de que parecía que solo había 10 personajes bíblicos que se repetían constantemente a lo largo de los años de formación escolar. Ahora esto no es así. Podemos ofrecer muchas y diferentes historias vinculadas en diferentes saberes y valores. Pero es necesario formarse para conocer estas historias.
Por tanto, podríamos decir que es un currículum para trabajar en equipo, para ver y aprender de las nuevas oportunidades que ofrece, que pide una buena formación del profesorado de la materia, que tiene un sentido pedagógico y que, a pesar de que hay aspectos a mejorar, puede ser una buena herramienta para hacer una buena presentación de la religión en nuestros centros educativos.