Respuesta regional contra Boko Haram
El tiempo de la indiferencia de los vecinos de Nigeria ante la amenaza de Boko Haram quedó atrás, después de que Benín, Camerún, Chad y Níger se movilizaran para formar la Fuerza Multinacional Mixta, compuesta por 8.700 miembros, con la misión de “crear un entorno seguro y protegido en las regiones afectadas por las actividades de Boko Haram y demás grupos terroristas”. Yamena, la capital chadiana, albergará el cuartel general de esta fuerza cuyo mando será asumido de forma rotatoria por los cinco países.
La creación de este Ejército es la materialización del proyecto presentado por el Consejo de Paz y Seguridad, al margen de la última cumbre de la Unión Africana, celebrada el pasado 31 de enero. En aquella ocasión, los dirigentes africanos aportaron su apoyo a este despliegue, que debía contar inicialmente con 7.500 efectivos, la ayuda logística de Francia –quizás de Estados Unidos– y financiera de la ONU. El objetivo es acorralar a los islamistas: los chadianos, desde el norte; los nigerianos, desde el sur; mientras que el resto de países bloquearán sus fronteras para impedir la entrada de los yihadistas en su territorio.
Los soldados integrados en esta operación podrán moverse sin permiso previo por los países aliados, escenario de los ataques de Boko Haram, que entre el 8 y el 13 de febrero atentó en Níger y Chad. Los terroristas abrieron estos nuevos frentes después de ser desalojados de la localidad nigeriana de Gamboru por los militares chadianos. Con anterioridad, habían protagonizado un sangriento ataque contra la ciudad de Fotokol (Camerún), donde mataron a decenas de civiles y quemaron la mezquita. Finalmente fueron repelidos por las tropas camerunesas y chadianas.
Ni el presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, se ha salvado de las embestidas de Boko Haram. Después de salir ileso de un atentado contra su convoy, una explosión mató a dos personas e hirió a otras 20 tras un mitin de campaña en Gombe. Este hecho –sumado a las dificultades logísticas– ha debido pesar en la decisión de la Comisión Electoral Independiente Nigeriana de posponer hasta el 28 de marzo las elecciones presidenciales y legislativas, previstas en principio para el 14 de febrero, por la falta de seguridad para votantes y personal electoral.
La oposición cree que Jonathan quiere ganar tiempo ante la caída de su popularidad, pues en seis semanas la coalición regional podría lograr alguna victoria sobre los islamistas. Sin embargo, los observadores destacan que Boko Haram se ha mostrado muy resistente en los seis años que lleva el conflicto, en el que más de 15.000 personas han muerto y 1,5 millones han tenido que huir de sus casas en Nigeria, por lo que desalojar al grupo terrorista de la zona norte en apenas mes y medio sería una hazaña sin precedentes.
Fuente: Mundo Negro