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La voz incómoda: Política, Religión y Compromiso Cristiano

La relación entre política y religión ha sido siempre un tema complejo y, a menudo, polémico. Desde los tiempos bíblicos hasta la actualidad, la Iglesia ha enfrentado la difícil tarea de interactuar con el poder político sin perder su misión profética. Ya San Agustín diferenciaba entre la civitas Dei y la civitas terrena, recordando que la Iglesia debe mantener su independencia crítica frente a los poderes temporales. Durante la Edad Media y la época moderna, la alianza entre el trono y el altar condujo con frecuencia a abusos y a una pérdida del testimonio evangélico. Hoy en día, esta tentación sigue presente, especialmente en tiempos de polarización política.

La Doctrina Social de la Iglesia ha subrayado constantemente la necesidad de mantener este equilibrio. Documentos como la Gaudium et Spes recuerdan que la fe debe impregnar la sociedad con valores de justicia y solidaridad, sin someterse a intereses políticos. Como afirma el Concilio Vaticano II en esta constitución pastoral:

«La comunidad política y la Iglesia son independientes y autónomas una de la otra en su propio campo. Pero ambas, aunque por títulos diferentes, están al servicio de la vocación personal y social de los mismos hombres. [...] La Iglesia, por razón de su misión y competencia, no se confunde de ninguna manera con la comunidad política ni está ligada a ningún sistema político. Es, al mismo tiempo, signo y salvaguardia del carácter trascendente de la persona humana.» (Gaudium et Spes, 76).

El papa Francisco ha insistido en esta idea en múltiples ocasiones. En Fratelli Tutti, por ejemplo, advierte:

«Porque un individuo puede ayudar a una persona necesitada, pero cuando se une a otros para generar procesos sociales de fraternidad y de justicia para todos, entra en "el campo de la caridad más amplia, la caridad política". Se trata de avanzar hacia un orden social y político cuya alma sea la caridad social. Una vez más, invito a rehabilitar la política, que "es una altísima vocación, es una de las formas más preciadas de la caridad, porque busca el bien común"» (Fratelli Tutti, 180).

En Estados Unidos, este debate se hizo particularmente visible en 2020, cuando la obispa Mariann Budde, líder de la diócesis episcopal de Washington, alzó la voz contra la instrumentalización política de la fe. En medio de las protestas por la justicia racial, el entonces presidente Donald Trump ordenó desalojar a manifestantes pacíficos para tomarse una fotografía con una Biblia frente a la iglesia de Saint John, cerca de la Casa Blanca. Este gesto, percibido como un uso político de la fe cristiana, provocó una respuesta contundente por parte de la obispa Budde, quien denunció que Trump utilizaba la religión como herramienta de poder, ignorando los valores fundamentales del Evangelio.

El día después de la toma de posesión de Trump como el 47.º presidente de EE.UU., el pasado 20 de enero, se celebró el tradicional Service of Prayer for the Nation en la Catedral Nacional de Washington, con la participación de diversos líderes religiosos. Durante la ceremonia, la obispa Budde intervino abogando por la compasión hacia las comunidades vulnerables, incluyendo a la comunidad LGTBI+, los inmigrantes y los refugiados. Sus palabras generaron tensión entre los asistentes, especialmente en el presidente Trump, quien consideró el sermón irrespetuoso y exigió una disculpa.

En una entrevista reciente con la revista Time, Budde subraya que la política y la religión no pueden ser ajenas la una a la otra, pero tampoco deben confundirse. La Iglesia tiene una misión profética que exige alzar la voz contra la injusticia, pero no debe caer en la tentación de identificarse con un proyecto político concreto. Cuando esto sucede, la fe se convierte en una mera herramienta de propaganda, despojada de su verdadero sentido. En ese mismo artículo, Budde afirma con firmeza:

«No pediré perdón por pedir misericordia.»

Este compromiso con la justicia social no siempre es fácil. La verdad, tal como la enseñó Cristo, a menudo resulta incómoda e incluso impopular. Denunciar las injusticias puede llevarnos a la marginación o incluso a la persecución, como ha ocurrido con tantos testigos de la fe a lo largo de la historia. Sin embargo, es precisamente en estos momentos de dificultad cuando más debemos aferrarnos a nuestra misión cristiana. Como dice el papa Francisco, el cristianismo no puede ser una religión de comodidad, sino de compromiso con los más vulnerables, aunque esto implique enfrentarse a los poderes establecidos.

Budde defiende una Iglesia que no guarde silencio ante las injusticias, pero que tampoco se deje instrumentalizar. Su postura nos recuerda el papel fundamental que la religión debe desempeñar en la sociedad: no como herramienta de división, sino como una voz profética que denuncia la opresión y clama por la reconciliación y la concordia. Esto implica, para los cristianos, un discernimiento constante para evitar que nuestra fe sea utilizada con fines políticos que pueden alejarse de los valores del Evangelio.

El testimonio de la obispa Budde es un recordatorio para todas las confesiones cristianas. En un mundo donde a menudo se emplean eslóganes religiosos para justificar políticas contrarias a la justicia y la dignidad humana, es fundamental mantener una mirada crítica. La Iglesia debe estar al servicio de la verdad y no de los intereses de un grupo o líder en particular. Así lo enseña el Evangelio y así lo han demostrado muchos santos a lo largo de la historia.

En definitiva, política y religión están destinadas a convivir, pero con un límite claro: la fe debe iluminar la política, no ser su herramienta. Nuestra fidelidad no debe estar en ningún líder terrenal, sino en los valores del amor, la justicia y la misericordia que Cristo nos enseñó. En este compromiso, aunque los vientos no nos sean favorables, encontramos la verdadera misión cristiana.

Para saber más:

Châtelet, F. et alii (2004): Histoire des idées politiques

Pontifici Consell de Justícia i Pau (2004): 

https://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/justpeace/documents/rc_pc_justpeace_doc_20060526_compendio-dott-soc_sp.html

Revista TIME: https://time.com/7209222/bishop-mariann-budde-trump/

Ullmann, W.: (1965): A history of political thought: The Middel Ages.

Washington National Cathedral: https://cathedral.org/wp-content/uploads/2025/01/Service-of-Prayer-for-the-Nation-2025-Online.pdf

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