Entrevista al profesor Jòrdan Faugier Botifoll
1.- ¿Qué objetivos persigue este curso monográfico sobre ecología?
En la Editorial del monográfico que Cuestiones de Vida Cristina (n.252) dedicó a la Ecología se hacía notar la importancia capital de la encíclica Laudati si ', del Francisco. Se señalaba que la conversión ecológica que propone la encíclica, nace de una visión del mundo como don y como organismo vivo, como una gran red interconectada e interdependiente.
Es una cosmovisión que emerge de la noción teológica de la creación y, que se traduce en una ecología que no sólo tiene como horizonte de mira la relación armónica y equilibrada con los seres vivos (organismos, plantas y animales), sino que integra también la ecología humana, es decir, la relación justa y pacífica entre los miembros de nuestra especie. La custodia de la casa común, la tierra, es un deber que no se puede delegar.
Es una corresponsabilidad de todos los que habitamos este planeta. Ojalá este curso a partir, por un lado, de la profundización de algunas claves básicas que aparecen en el monográfico mencionado, y, por otro lado, con la guía e inspiración de la Laudati si 'y de algunas iniciativas sostenibles que ya se desarrollan desde hace tiempo en diversos lugares del mundo, nos ayuden a todos a desvelar esta espiritualidad ecológica.
Una espiritualidad que, en palabras del Francisco, debería activar valores como la sobriedad, la austeridad, la gratitud y el sentido de comunión universal y fraternal con todas las criaturas.
2. ¿Qué personas pueden inscribirse en el curso?
En principio es un curso abierto a todas aquellas personas interesadas en la ecología y la espiritualidad. También está destinado a quienes, como nos recordaba el Francisco, el día 1 de septiembre de 2016, en el mensaje de la Jornada mundial de la oración para el Cuidado de la Creación, quieran renovar su adhesión personal a la propia vocación de custodios de la creación y, reforzar, a la vez, un estilo de vida profético y contemplativo que trate con cuidado los otros seres vivos.
A la postre, es un curso destinado a todas aquellas personas que tengan conciencia de que todos debemos estar unidos en demostrar misericordia con nuestra casa común -la Tierra- y dar pleno valor al mundo en el que vivimos como espacio de compartir y de comunión. Ojalá, "que el nuestro sea un tiempo que se recuerde por el despertar de una nueva reverencia ante la vida; por la firme resolución de alcanzar la sostenibilidad; por la aceleración en la lucha por la justicia y la paz y por la alegre celebración de la vida. "(Francisco, Laudati si ', n. 207, cf. Carta de la Tierra.)
3.- ¿Por qué se decide hacer un curso monográfico sobre ecología?
El Iscreb me pidió hacer este curso ya que tuve col • laborar en el monográfico de Cuestiones de Vida Cristina sobre Ecología con un artículo llamado: "Ubuntu desde Solius". No obstante, hay que admitir que el tema de la ecología es un tema que cada día está más de actualidad. Hay un creciente interés por parte de muchas personas sobre temas como el calentamiento global, la reducción de nuestra huella ecológica, como llevar un estilo de vida más sostenible, sobre la permacultura, las ciudades nos transición, el veganismo, el ecocidio , la economía circular, la biocracia, el antropoceno, la biofilia, la sexta extinción masiva ... etc.
Asimismo, el hecho de que un Papa dedicara toda una Encíclica a la cuestión de la ecología interpeló a muchas personas y fue como un toque de alerta que nos ha desvelado a todos y nos ha recordado que "el espiritualidad no está desconectada del propio cuerpo ni de la naturaleza o de las realidades de este mundo, sino que se vive con estas y en estas, en comunión con todo lo que nos rodea. "(Laudati si ', 216) es necesario, por tanto, que una espiritualidad para el compromiso ecológico tenga siempre presente esta comunión y favorezca una praxis coherente, creativa, transformadora y sostenida.
En este sentido, pienso que es muy importante que en los Institutos de Ciencias Religiosas y Facultades de Teología se fomente y se intente profundizar en esta conversión ecológica que nos pide el Francisco. Sin duda, el reto fundamental de la Encíclica Laudati si 'es la conversión ecológica de cada uno de nosotros y de la Iglesia.
4.- ¿Cómo podemos luchar contra el actual menosprecio del cambio climático?
Cabe decir que, a pesar de que puedan existir todavía algunos sectores de nuestra sociedad que no se preocupen demasiado por el tema del cambio climático, también es importante prestar atención a que existe un clamor de justicia ecológica, una exigencia de dar al ser humano ya la naturaleza lo que les corresponde para su desarrollo y dignidad.
Un clamor social que se expresa en el aumento de movimientos sociales de perfil ecológico en todo el mundo, un clamor científico que se expresa en el argumento unánime de la comunidad científica internacional: hay una realidad ecológica amenazada por la conducta humana, que ha alterado el ecosistema del que depende para su supervivencia. Por todas extiende este clamor ético que reclama adoptar nuevas formas de conducta que eviten el deterioro social y ecológico que sufre la humanidad en el siglo XXI.
El calentamiento global, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la pérdida de suelo productivo, la contaminación atmosférica y de los océanos, tienen como causa el triunfo a escala mundial de un modelo económico de crecimiento insostenible, que genera desigualdad y pobreza . Este modelo de desarrollo tiene como razón lógica la acumulación, el crecimiento ilimitado y, en definitiva, la ruptura del metabolismo Socioambientales.
Después de todo, como hace notar con acierto el mismo Francisco: "La humanidad está llamada a tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilos de vida, de producción y de consumo, para combatir este calentamiento o, al menos, las causas humanas que producen o acentúan. [...] El cambio climático es un problema global con graves dimensiones ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas, y plantea uno de los principales desafíos actuales para la humanidad. (Francisco, Laudati si ', nn. 24.25)
5. ¿Respetar el medio ambiente es respetar la obra de Dios?
Por supuesto que sí! Por eso el Francisco nos invita a orar con estas palabras: "Padre nuestro que estás presente en todo el universo y en la más pequeña de sus criaturas, tú que envuelve con su ternura todo lo que existe, derrama en nosotros la fuerza de tu amor para que tengamos cuidado de la vida y de la belleza. Inundéis nos de paz, para que vivamos como hermanos y hermanas sin hacer daño a nadie. Dios de amor, muéstranos nuestro lugar en este mundo como instrumentos de su afecto hacia todos los seres de esta tierra, porque ninguno de ellos es olvidado frente a usted.
Enséñanos a descubrir el valor de cada cosa, a contemplar admirados, a reconocer que estamos profundamente unidos con todas las criaturas en nuestro camino hacia su luz infinita. "(Francisco, Laudati si ', Fragmento de la oración final). Por otro lado, deberíamos tener presente que "Jesús vivía en armonía plena con la creación, y los demás se maravillaban. En los diálogos con sus discípulos, Jesús les invitaba a reconocer la relación paterna que Dios tiene con todas las criaturas, y los recordaba con una conmovedora ternura como cada una de ellas es importante en sus ojos. "(Francisco, Laudati si ', 96, 98).
Ojalá, también nosotros podamos vivir en armonía plena con la creación! Coms nos recuerda Vandana Shiva, hemos construido masas muros de separación que nos hacen vivir la iluminación alusión que estamos separados de la naturaleza. Debemos hacer las paces con la Tierra, pedirle disculpas y comprometernos a cuidar de ella. La Tierra nos está llamando para cambiar nuestras maneras de hacer. Vamos, pues!