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Conflictos y recursos naturales

09 de febrer 2015
Obispos de Europa

Cada día, en todo el mundo, nos golpean imágenes e historias sobre los horrores que se infligen a niños, mujeres y hombres vulnerables durante los conflictos. Delante de esta realidad, la ciudadanía quiere garantías de no ser cómplices.

La indiferencia de algunos, que miran hacia otro lado y no asumen su parte de responsabilidad delante del sufrimiento de otras personas, supone una amenaza a la dignidad humana que compartimos. Para poner fin a esta situación, se requiere urgentemente aprobar nuevas normas para garantizar que los frutos de la creación de Dios no se pongan al servicio de un consumo inconsciente, ni den soporte a la destrucción de vida. Los recursos de la tierra han de ser gestionados sabiamente por buenos administradores, con la finalidad de ofrecer garantías sobre la ética de nuestro sistema comercial para las personas que se encuentran en los extremos de las cadenas de suministro mundial.

En algunos países del Sur, sobretodo en los que son ricos en recursos naturales (minerales, madera, gas, petróleo...), el control, la extracción, el procesamiento y el comercio de estos recursos financian grupos armados y fuerzas militares y de seguridad que comenten graves violaciones de los derechos humanos, en lugar de contribuir al desarrollo humano. En todas partes, allí donde se puede, la Iglesia defiende a los pobres y trabaja para proteger a los que sufren violencia, al mismo tiempo que dialoga con aquellos que pueden ayudar a poner fina los abusos.

Como una de las principales potencias comerciales mundiales, la UE importa grandes cantidades de materias primas provinentes de regiones afectadas por conflictos. A través de sus cadenas de subministro, algunas empresas son cómplices de abusos. Esta situación resulta intolerable. Los Estados Unidos están obligados a hacer todo lo posible para garantizar las condiciones para la paz, no sólo en su propio país sino también en todo el mundo. Esta es sin duda la doctrina social de la Iglesia. Los gobiernos, la ciudadanía y los empresarios y empresarias han de asumir como tarea propia garantizar que sus empresas adquieran recursos naturales de manera responsable.

Nos congratulamos de que la Comisión Europea haya propuesto un proyecto de Reglamento europeo basado en “una estrategia para el comercio responsable de minerales provenientes de zonas de conflictos (...) con la finalidad de poner fin al uso de ingresos provenientes de la minería para el financiamiento de conflictos armados” el marzo de 2014.

Nos da esperanza el progreso conseguido como resultado del soporte de los eurodiputados y diputados a la trasparencia de pago en las extractiva del 2013. Ahora es el momento de seguir por este camino positivo con normas ambiciosas y vinculantes para promover la diligencia debida en la cadena de suministro por parte de empresas que adquieren recursos naturales que provienen de áreas en conflicto o de alto riesgo.

El artículo 1502 de la ley U:S, Dood Franck adoptada el 2010 representa un cita importante. Las empresas que cotizan en los mercados de bolsa de Estados Unidos están ahora obligadas a aplicar procedimientos de diligencia debida para verificar si los minerales que se utilizan en sus productos han contribuido a financiar grupos armados en la República Democrática del Congo o en los 9 países del entorno. El reglamento propuesto por la Comisión Europea amplia su ámbito de aplicación en todas las zonas del conflicto, o de alto riesgo en el mundo. Esto representa una evolución importante y favorable, mostrando el potencial para seguir mejorando los enfoques de la regulación.

Creemos que el reglamento europeo conseguirá que se produzca un cambio tangible para las comunidades que sufren, si se refuerza con algunos elementos esenciales.

La coherencia en la gamma de recursos naturales cubiertos. En Perú, Zimbabwe, Myanmar, entre otros, el sufrimiento provocado por las violaciones de los derechos humanos y la violencia inflingida para los grupos armados y fuerzas militares y de seguridad que controlan el cobre, los diamantes, y otras materias preciosas no es diferente a las situaciones relacionadas con el estaño, el tungsteno, o el oro.

La responsabilidad compartida para las empresas alo largo de toda la cadena de suministro. Desde las compañías extractivas, los importadores, los proveedores y los usuarios finales que participan en el comercio de productos que contienen recursos naturales. La inclusión de las empresas usuarias permitirá a la ciudadanía europea asumir una influencia positiva en la fijación de condiciones éticas en las cadenas de suministros. Las expresiones de solidaridad y de empatía con personas que se encuentran en situaciones de violencia desesperante se verán traicionadas.

Un sistema de diligencia debida basada en las buenas prácticas de las directrices de la OCDE, para llevar a cabo la documentación y divulgación de los esfuerzos para un suministro responsable. Al ser muchos de nosotros testimonios directos de dinamismo poderoso de las regiones afectadas por conflictos, al haber entablado un diálogo con todas las partes, podemos garantizar que se trata de un requisito mínimo, si se quiere cambiar el comportamiento de las empresas y otros actores.

Nosotros, obispos y dirigentes de la Iglesia Católica, damos soporte a la sociedad civil en el Sur y en el Norte que trabaja en pro de la paz y de la administración responsable de la creación. La UE cuenta con una oportunidad única para ayudar a poner fin a los conflictos violentos vinculados a los recursos naturales que en los últimos 60 años han representado un 40% de todos los conflictos mundiales. Instamos a los eurodiputados y a los gobiernos europeos a estar a la altura de este reto.

Firmantes:

Johannes KREIDLER, Bisbe Auxiliar de Rottenburg-Stuttgart, Alemanya

Ludwig SCHWARZ, Bisbe de Linz, Àustria

Aloysius JOUSTEN, Bisbe Emèrit de Lieja, Bèlgica

André-Joseph LÉONARD, Arquebisbe de Malinas-Bruselas, Bèlgica

Lucas VAN LOOY, Bisbe de Gante, Bèlgica

Pierre WARIN, Obispo Auxiliar de Namur, Bèlgica

Charles Maung BO, Arquebisbe de Yangon, Birmània

Philip Lasap ZA HAWNG, Bisbe de Lashio, Birmània

Luis Morgan CASEY, Bisbe emèrit de Mibiarca, Bolivia

José Luís AZCONA HERMOSO, Bisbe de Marajó, Brasil

Luciano BERGAMIN, Bisbe de Nova Iguaçu (Rio de Janeiro), Brasil

Antônio BRAZ BENEVENTE, Bisbe de Jacarezinho (Parana), Brasil

Luís Flávio CAPPIO, Bisbe de Barra (do Rio Grande), Brasil

Pedro CASALDÁLIGA PLÁ, Bisbe emèrit de Sao Félix do Araguaia, Brasil

Adriano CIOCCA VASINO, Bisbe de Sao Félix do Araguaia, Brasil

Antônio Carlos CRUZ SANTOS, Bisbe de Caicó (Rio Grande do Norte), Brasil

José Belisário DA SILVA, Arquebisbe de São Luís do Maranhão, Brasil

Plínio José Luz DA SILVA, Bisbe de Picos (Piaui), Brasil

Severino Batista DE FRANÇA, Bisbe de Nazaré (Pernambuco), Brasil

Jeremias Antônio DE JESUS, Bisbe de Guanhães (Minas Gerais), Brasil

André DE WITTE, Bisbe de Ruy Barbosa (Bahía), Brasil

Zeno HASTENTEUFEL, Bisbe de Novo Hamburgo (Rio Grande do Sul), Brasil

Cláudio Aury Affonso HUMMES, Cardenal de Sant’Antonio da Padova in Via Merulana, Brasil

Erwin KRÄUTLER, Bisbe de Xingu, Brasil

Gabriel MARCHESI, Bisbe de Floresta (Pernambuco), Brasil

Ailton MENEGUSSI, Bisbe de Crateús (Ceara), Brasil

José Alberto MOURA, Arquebisbe de Montes Claros (Minas Gerais), Brasil

Giovane PEREIRA DE MELO, Bisbe de Tocantinópolis (Tocatins), Brasil

Wilmar SANTIN, Bisbe de Itaituba (Para), Brasil

Moacir SILVA, Arquebisbe de Ribeirão Preto (São Paulo), Brasil

Serafino Faustino SPREAFICO, Bisbe Emèrit de Grajaú (Maranho), Brasil

José Mário STROEHER, Bisbe de Rio Grande (Rio Grande do Sul), Brasil

Alberto TAVEIRA CORRÊA, Arquebisbe de Belém do Pará, Brasil

Itamar Navildo VIAN, Arquebisbe de Feira de Santana (Bahia), Brasil

Guilherme Antônio WERLANG, Bisbe de Ipameri (Goias), Brasil

Sébastien MONGO BEHON, Secretari General de la Conferència Episcopal Nacional, Camerun

Antoine NTALOU, Arquebisbe de Garoua, Camerun

Miguel Angel SEBASTIÁN MARTÍNEZ, Bisbe de Laï, Chad

Luigi INFANTI De la MORA, Bisbe de Cartennae, Chile

Gaspar Francisco QUINTANA JORQUERA, Bisbe Emèrit de Copiapó, Chile

José FIGUEROA GÓMEZ, Bisbe de Granada, Colombia

Julio Hernando GARCÍA PELÁEZ, Bisbe de Istmina-Tadó, Colombia

José Roberto OSPINA LEONGÓMEZ, Bisbe de Buga, Colombia

Luis José RUEDA APARICIO, Bisbe de Montelibano, Colombia

Guillermo de la Vega AFABLE, Bisbe de Digos, Filipinas

Gerardo Alimane ALMINAZA, Bisbe de San Carlos, Filipinas

Romulo Tolentino DE LA CRUZ, Arquebisbe de Zamboanga, Filipinas

Reynaldo Gonda EVANGELISTA, Bisbe de Imus, Filipinas

Dinualdo GUTIERREZ, Bisbe de Marbel, Filipinas

Antonio Javellana LEDESMA, Arquebisbe de Cagayan de Oro, Filipinas

Broderick Soncuaco PABILLO, Bisbe Auxiliar de Manila, Filipinas

Rolando Joven TRIA TIRONA, Arquebisbe de Nueva Caceres, Filipinas

Crispin Barrete VARQUEZ, Bisbe de Borongan, Filipinas

Jacques André BLAQUART, Bisbe de Orléans, Francia

Stanislas LALANNE, Bisbe de Pontoise, Francia

Alvaro Leonel RAMAZZINI IMERI, Bisbe de Huehuetenango, Guatemala

Bernabé de Jesús SAGASTUME LEMUS, Bisbe de Santa Rosa de Lima, Guatemala

Guy CHARBONNEAU, Bisbe de Choluteca, Honduras

Ángel GARACHANA PÉREZ, Bisbe de San Pedro Sula, Honduras

Niranjan Sual SINGH, Bisbe de Sambalpur, India

William CREAN, Bisbe de Cloyne, Irlanda

Michel Christian CARTATEGUY, Arquebisbe de Niamey, Níger

Mario Melanio MEDINA SALINAS, Bisbe de San Juan Bautista de las Misiones, Paraguay

Pedro Ricardo BARRETO JIMENO, Arquebisbe de Huancayo, Perú

Peter Antony MORAN, Bisbe Emèrit de Aberdeen, Reino Unido

Miguel Ángel OLAVERRI ARRONIZ, Bisbe de Pointe-Noire, República del Congo

François-Xavier MAROY RUSENGO, Arquebisbe de Bukavu, República Democrática del Congo

Stephen BRISLIN, Arquebisbe de Ciudad del Cabo, Sudáfrica

Felix GMÜR, Bisbe de Basilea, Suiza

Joseph Pibul VISITNONDACHAI, Bisbe de Nakhon Sawan, Tailandia

Alexio Churu MUCHABAIWA, Bisbe de Mutare, Zimbabwe

Patrick Mumbure MUTUME Bisbe Auxiliar de Mutare, Zimbabwe