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Gràcies Javier

15 d'octubre 2018
Redacció Iscreb

Javier Velasco Arias professor de l’Iscreb. Els estudiants, professors i el personal d'administració, direcció i serveis de l’Iscreb el recordem amb afecte i compartim el dolor de la seva pèrdua amb la seva família i els seus amics. El funeral se cel·lebrarà avui (16.10.2018) a la parroquia Santa Magdalena d’Esplugues de Llobregat a les 16.00h.

Javier Velasco i Arias ha estat Professor de Bíblia en el Centre d'Estudis Pastorals de les diòcesis catalanes i a l’ISCREB. Llicenciat en Estudis eclesiàstics i en Teologia, especialitat Bíblia, per la Facultat de Teologia de Catalunya.Ha publicat alguns articles de Bíblia, com, per exemple: “El Jubileo del año 2000”, “La montaña: signo de la presencia de Dios”, “El día del Sábado”, “La alegría del Evangelio no es cómplice de la injusticia”, “1Cor 7: la sexualidad como don”. També tenia un blog on comentava els evangelis del diumenge. Us deixem amb el seu últim post (8 d’octubre de 2018) on parla de la vida eterna.

“Siempre me ha llamado la atención la escena del evangelio de este domingo: uno que pregunta a Jesús sobre la vida eterna. Hoy sería difícil encontrar a alguien que hiciese esa pregunta. Aunque seguramente la cuestión la podríamos reformular a un lenguaje más actual: ¿qué puedo hacer para que mi vida tenga sentido?; ¿cómo puedo ser feliz?; ¿qué valor tiene la existencia?; ¿para qué complicarse la vida, si «esto» son dos días?

Es posible que algunos respondamos a Jesús también de forma similar al de nuestro personaje de la narración: «yo ya soy una buena persona»; «ya me preocupo de mi familia, de los míos e incluso de ayudar a los demás»; «contribuyo económicamente con una ONG»… Y Jesús también nos mirará con cariño, con un amor sincero.

Pero aún falta algo para conseguir la vida eterna, para que nuestras vidas no estén vacías, para que nuestra existencia no sea un ir «tirando» o un «sinsentido». Jesús nos pide que le sigamos, que hagamos nuestra opción existencial, como lo hizo Él. Nuestro corazón aún está dividido entre el amor a las cosas, a lo que poseemos, a nuestras seguridades, al dinero y el seguimiento de Jesús. Sabemos (intelectualmente) que sólo en Jesús y en los valores que predicó encontraremos la felicidad, pero no nos terminamos de fiar (existencialmente). Hemos de dar el paso.”